El poeta habla en nombre de sus compatriotas cuando describe al rey como “el aliento de nuestras narices”. En otras palabras, al igual que el aliento es necesario para mantener vivo el cuerpo, el rey es la fuente de vida de la nación. Esta expresión se utiliza poéticamente como título honorífico y sólo se encuentra aquí en el Antiguo Testamento. Le sigue “el ungido de Yahveh”, que significa «el que Yahveh ha elegido». El término “ungido” se refiere normalmente al rey, aunque el sumo sacerdote y algunos profetas también eran ungidos.
“Fue apresado en sus fosos” significa que el rey fue capturado como un animal en un foso. La palabra traducida “fosas” no es la misma que en Lam 3:53, 55, pero el sentido es el mismo. TEV expresa bien la primera mitad del versículo, pero sacrifica algunas de las imágenes poéticas: «Capturaron la fuente de nuestra vida, el rey que Yahveh había elegido».
Al traducir “el aliento de nuestras narices”, será importante identificar este sentimiento como aplicable al rey; de lo contrario, algunos lectores supondrán que se refiere a Dios. Podemos decir, por ejemplo: “Dios ha elegido para nosotros a nuestro rey, y el rey es quien nos da la vida”, “… y él nos permite vivir”, o más idiomáticamente: “… y él está en cada aliento que respiramos”, o “… y nuestro rey nos es tan querido como el aire que respiramos”.
Mientras el rey vivía había esperanza, pero con él desaparecido se perdió toda esperanza. “Aquel de quien dijimos” introduce una cita directa de un dicho que el pueblo había utilizado. La frase que introduce la cita puede tener que reformularse para decir, por ejemplo: “Siempre habíamos dicho de nuestro rey: ‘Viviremos a su sombra entre las naciones’”. La idea de vivir a la sombra del rey significa recibir su protección, por lo que TEV tiene “aquel en quien habíamos confiado para que nos protegiera…”, que constituye un buen modelo de traducción. Compárese Jueces 9:15; Isaías 32:1-2.
William David Reyburn y Euan McG. Fry, A handbook on Lamentations, UBS Handbook Series (New York: United Bible Societies, 1992), 126.